Normalmente
sentimos y pensamos como nuestros padres, familiares y/o tutores nos
enseñaron.
Ellos nos educaron mediante su punto de vista, valores y creencias y normalmente ese
punto de vista está relacionado con el punto de vista cultural y social del País y la época.
Podríamos decir que no somos nosotros los que pensamos y sentimos al 100% por
nosotros mismos, sino por hábitos o creencias heredadas, inculcadas o
aprendidas de nuestros seres cercanos, tutores, referentes o ídolos.. Eso no está ni bien ni mal, lo
importante es cómo nos afectan a nosotros esos pensamientos. ¿
Quizás es
bueno revisar nuestras creencias, y hacer una reflexión interna de si
eso que somos, eso de lo que estamos hechos, es material de nuestra
propia cosecha y de nuestra genuina naturaleza o viene de aprendizajes,
herencias y copias de nuestro entorno? Sea como sea, podemos aprender
cosas de otros y quedárnoslas, ya que siempre viene bien tener
referentes, pero muchas veces solemos quedarnos con conductas tóxicas y
no sabemos filtrar qué es sano o no para nosotros mismos.
Generalmente
nuestro punto de vista viene de nuestro ego, de nuestra personalidad.
La
personalidad se crea mediante aprendizajes y engloba todo lo que tiene
que ver con nuestro cuerpo material y con el mundo de los objetos.
Incluyo personas, animales y todo lo que perciben nuestros cinco sentidos físicos. Desde creencias, valores, ideas, maneras de andar, mecanismos de
defensa, maneras de hablar, de comunicarnos de expresarasnos... hasta formas de sentir,
incluso hasta nuestra forma de respirar.
Existe
otro punto de vista, y no es muy conocido. Normalmente al explorar este
punto de vista uno debe de enfocar la mirada interna con constancia y
mucho hábito, para comenzar a desenmascararse y reconocerse
verdaderamente. Estamos demasiado acostumbrados a identificarnos con
nuestro cuerpo, con su forma, con lo que le rodea y con nuestra manera
de ser, la cual da movimiento, color y energía a ese cuerpo. Normalmente
solemos apreciar el nuevo punto de vista cuando caemos en un dolor
emocional muy fuerte, que nos rompe los esquemas de todo.
Hay veces que
ese dolor nos ha acompañado toda la vida y nos ha mantenido rotos siempre,
creyéndonos que sentir eso era normal.
Algunas personas practican la meditación y viajan por el mundo conociendo nuevos países y diferentes culturas, practicando chamanismo, terapias psicológicas, y relacionandose con personas maestras que les orientan.
Sea como sea, el
hombre está destinado a reencontrar su esencia, a retornar a su propia
naturaleza y algún día vivir en un Planeta dónde nada de origen material
le domine. Si el hombre estuviera en paz interna y en completa
plenitud, todo sería armónico y estable, en movimiento coherente al
ritmo evolutivo de la vida.
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